Tipos de benchmarking
En la última entrada de este blog hablábamos sobre el término ‘benchmarking’. En ella se exponían ítems como: qué es el benchmarking, cómo se aplica y para qué sirve el benchmarking, además de cuáles son los objetivos de esta práctica de marketing basada en la ventaja comparativa. Pues bien, hoy profundizamos un poco más y hablamos sobre los tipos de benchmarking que existen.

¿Qué tipos de benchmarking hay?
Podemos encontrar una gran variedad de tipos de benchmarking, pero como tipos principales encontramos únicamente tres, que son los siguientes:
- Benchmarking competitivo: el benchmarking competitivo es el empleado cuando existe una competencia agresiva. Este tipo de benchmarking, como indica su nombre, busca medir los productos, servicios, procesos y funciones de los principales competidores de nuestro mismo sector. Todo ello para llevar a cabo una comparación con nuestra propia empresa y de esta forma poder detectar e implantar mejoras que incluso consigan superar a las de nuestros competidores. Este tipo de proceso es el más complicado de poner en práctica debido a la limitada información que se recibe de las empresas.
- Benchmarking interno: el benchmarking interno se lleva a cabo dentro de la misma empresa y suele ponerse en práctica en empresas grandes que cuentan con diferentes departamentos o divisiones, por lo que es muy común comparar los niveles que son alcanzados en el interior de la empresa. En este proceso se identifica cuál de esos departamentos es un ejemplo a seguir por los buenos resultados que obtiene, una vez identificado, se estudian sus procesos con la intención de implantarlos en el resto de divisiones internas de la compañía.
- Benchmarking funcional: este tipo de benchmarking identifica las mejores prácticas realizadas en una empresa que sea la mejor en su sector, es decir, no es necesario que esa empresa sea competidora ni que pertenezca al mismo sector, sino que se centra en la comparación con empresas que no pertenecen a nuestra misma industria. Aunque no hagamos la comparación con empresas de nuestro sector de manera directa, gracias al benchmarking funcional podemos conocer algunas prácticas atractivas y aplicables a nuestra empresa, consiguiendo así mejorar su funcionamiento en algún aspecto.
Otros tipos de benchmarking
Como ya hemos comentado existen tres tipos principales de benchmarking, pero esto no quiere decir que sean los únicos. Por ello, para que te hagas todo un experto en este práctica de marketing, el Doctor Símbolo te trae una lista con todos los tipos de benchmarking que debes conocer.
- Benchmarking genérico: este tipo de benchmarking, en concepto, resulta similar al benchmarking funcional, ya que se centra en el análisis de los procesos operacionales. Pero existe una diferencia en cuanto a su objetivo, ya que se enfoca en comparar aspectos de tu empresa, como funciones o procesos, con los de las mejores empresas de la industria o sector, con la finalidad de innovar y obtener información sobre procesos genéricos en lugar de un análisis de las prácticas comerciales de las otras empresas.
- Benchmarking digital: es uno de los benchmarking más actuales y empleados debido al gran alcance de los medios digitales. Este tipo de benchmarking consiste en un estudio que se basa en los canales digitales. Algunas de las acciones que se realizan en el benchmarking digital son: comparación de los sitios web, comparación de apps, o comparación de las redes sociales nuestras frente a las de la competencia. En este caso es muy importante conocer la navegación natural que realiza el cliente, además de medir la cohesión de sus medios digitales.
- Benchmarking colaborativo: el benchmarking colaborativo se realiza por compañías de segmentos diferentes con la idea de ofrecer nuevas perspectivas, pero nada impide que este intercambio se haga dentro de empresas de un mismo sector.
- Benchmarking externo: consiste en realizar una comparación como en el resto de casos, pero esta vez con las empresas externas. Podemos diferenciar dos casos:
- Benchmarking competitivo directo: la mayoría de las empresas cuentan con uno o dos competidores directos que destacan por sus buenas prácticas, fijarnos en ellos puede hacernos mejorar, pero conseguir que estos competidores nos proporcionen información relevante puede ser una labor difícil.
- Benchmarking no competitivo: este caso se da cuando se obtiene información sobre empresas que no son directamente competidoras, o bien porque no trabajan en el mismo mercado geográfico, o bien porque intervienen en otro sector de actividad diferente, lo que hemos definido con anterioridad como benchmarking funcional.