¿Qué es una marca para ti? Podríamos hablar de infinidad de definiciones, pero en la que todos coincidiríamos sería, que es la imagen de una empresa para presentarse ante su público. Es importante destacar que la marca no se queda únicamente en un logotipo, es el resultado de una estrategia que define cómo queremos ser, y cómo queremos darnos a conocer ante nuestro consumidor.
Es fundamental que la identidad que nos defina sea fuerte, así resistirá a los cambios que puedan suceder en el campo de la comunicación y en nuestra sociedad. Según Nines Vaquero, comunicadora para la revista digital Puro Marketing, hay seis aspectos estratégicos vitales para conseguir este objetivo:
En primer lugar, debemos contar con una estrategia sólida. Nuestro objetivo es darle valor a nuestra empresa o producto. Debemos saber qué es lo que nos diferencia, con qué atributo podemos destacar del resto de nuestros competidores. A partir de aquí empezaremos a construir nuestro discurso comercial y comenzará nuestra carrera hacia el éxito.
En segundo lugar, y una parte muy importante del proceso, es nuestro público objetivo. Aquellas personas a las que queremos dirigirnos para conseguir que se conviertan en nuestro consumidor. El público definirá también nuestra manera de comunicarnos.
En tercer lugar, nuestra identidad visual de marca. Es la forma en la que nuestro público pensará en nosotros, es la imagen que tendrán en su mente. Cuando piensen en nuestra marca, pensarán principalmente en nuestra identidad visual. Hay que tener en cuenta que es nuestra presentación ante el consumidor.
En cuarto lugar, nos planteamos el tono de comunicación, qué relación queremos tener con nuestro público. Definida nuestra personalidad de marca, será mucho más fácil definir este punto. También depende mucho del target al que nos queramos dirigir, no podemos interactuar de la misma forma con una persona de cincuenta años que con una persona de 20. Este punto ayudará mucho a la credibilidad y confianza de tu marca.
En quinto lugar, a través de qué canal nos vamos a comunicar. Debemos elegir el que más se acerque a nuestra identidad de marca. Muchas empresas cometen el error de querer estar en todas partes, pero hay que pensar que no siempre todos los soportes son buenos para una marca; es mejor estar en pocos, pero los correctos, que estar en muchos, pero que no te sirvan de nada.
En sexto y último lugar, la coherencia. Este apartado tiene que engranar todos los aspectos anteriormente comentados. Toda estrategia debe llevar una línea a seguir, por ejemplo; no podemos querer dirigirnos a un público joven, pero que nuestro tono de comunicación sea de tipo intelectual.
En definitiva, para fortalecer una marca debemos tener en cuenta muchos factores, si no realizamos una «simbiosis» de todos ellos, puede que nuestra imagen se quede descolgada y no tenga una identidad fuerte y duradera.