El uso de mascotas en la publicidad, también llamadas “Brand Character” o “Carton Trade Character”, se da desde el siglo pasado aproximadamente, con el fin de acercar y hacer más amigable a las marcas. Aunque parezca algo infantil, ésto funciona; Por ello, miles de empresas han adoptado personajes con un valor simbólico para publicitar sus productos o servicios.
Su misión es simpatizar con el receptor y mostrarle las cualidades del producto o servicio en venta, intentando además en algunos casos, crear vínculos emocionales.
La primera vez que se lanzó una mascota fue en 1898 y lo hizo la marca Michelin, con Bibendum
A partir de ahí, las marcas comenzaron a hacerse eco y fueron creando mascotas para su propia publicidad.
Estas mascotas suelen personalizarse a través de:
- Animales.
- Producto personalizado.
- Objetos animados.
- Personas.
Y como ellas, un sin fin de ejemplos más.
Las hemos visto tantas veces y en tantos lugares, que nos cuesta incluso menos, recordarlas a ellas que a sus marcas de procedencia.
Como hemos podido ver generación tras generación, estas mascotas se han ido reinventando, a medida que se han ido produciendo cambios en la sociedad. Y como las personas cuidamos a nuestras mascotas, las marcas cuidan a las suyas, adaptándolas y mejorándolas para no perder valor.