Dziga Vertov fue un pionero de la imagen en movimiento, de eso queda poca discusión. Lo innovador en su forma de pensar el cine y el video, el adentrarse en conceptos tales como la cámara como prótesis del cuerpo, la experimentación con la edición y el montaje de la película, cuando todo se hacía y construía de manera manual, hacen de este autor un indispensable para la revisión de cualquier amante del séptimo arte.
Dziga Vertov: la experimentación con la edición y el montaje de la película, cuando todo se hacía y construía de manera manual, hacen de este autor un indispensable para la revisión de cualquier amante del séptimo arte.

Dziga Vertov. El hombre de la cámara. Película, 1929
Según Giles Deleuze, las películas de Vertov eran «un ojo en la materia, una percepción tal y como es en la materia». No es de extrañar que grandes pensadores de la época vieran en su obra reflejadas muchas de las nuevas corrientes del pensamiento, algunas de ellas demasiado adelantadas a su tiempo.
A partir del dos de octubre, podemos disfrutar del ciclo audiovisual que rememora la obra de Vertov, volver a ver en la gran pantalla sus «películas objeto». Una oportunidad que no podemos desaprovechar los amantes del cine en mayúsculas. Según la publicación del museo, haciendo referencia a la parte más activista de la obra del cineasta ruso:
Forjando películas «con nuestras manos desnudas», con estas palabras describía Vertov la actividad de los Kinocs, colectivos fílmicos articulados en torno al cineasta, cuyo trabajo evolucionó rápidamente pasando por varias fases y asumiendo diversos formatos que abarcaban desde cortometrajes de propaganda animada y películas de agitación montadas en trenes hasta documentales etnográficos y líricas “sinfonías urbanas”. Formado en música y psicotécnica, Dziga Vertov se acercó a cada proyecto con el entusiasmo y la ingenuidad de un autodidacta, reinventando las posibilidades técnicas del medio y descubriendo las nuevas conjunciones sinestésicas que ofrecía la emergente tecnología fílmica. La teoría del Cine-Ojo, formulada por el autor, defendía la mayor objetividad posible. Rechazaba el guion, la escenografía o los actores profesionales. La idea de Vertov era la de buscar el cine en su estado más puro, siguiendo la máxima de que la cámara capta mejor la realidad que el propio ojo humano. Incluso hoy en día sus películas revelan lógicas experienciales de carácter materialista y abstracto sin precedentes. En el conjunto de la obra fílmica de Dziga Vertov, el materialismo y el cálculo metafísico convergen bajo el signo de un compromiso político, aunque no partidista.
En este ciclo, se pretende revisar la obra del autor y recontextualizarla, por lo que presenta una serie de sus largometrajes junto con distintos documentales del primer audiovisual soviético. Los kulturfilme, o documentales educativos de la unión soviética, realizados por autores como Kuleshov, Pudovkin, obras de ficción de directores como Shub y Kaufman, y los experimentales de la mano de Vertov y otros como Vladimir Erofeev, Roman Karmen y Zhemchuzhnyi entre otros, generan una suerte de debate a la hora de confrontar las ideas de Dziga Vertov y sus concepciones fílmicas sobre el registro de lo real y el factor indexical del cine de principios de siglo XX.
Este programa abarca nada más y nada menos que 30 sesiones, de las cuales podéis encontrar toda la información en el siguiente enlace: https://www.museoreinasofia.es/actividades/dziga-vertov-ojo-materia
Desde Símbolo Ingenio Creativo nos complace hacernos eco de este ciclo que aterriza en la capital, porque amamos y glorificamos la imagen en movimiento, es parte de nuestro ADN. Para todos aquellos que no puedan asistir, aquí os dejamos dos de sus obras maestras, A man with a movie camera (1929) y Enthusiasm (1931). Larga Vida al cine!
MAN WITH A MOVIE CAMERA
ENTHUSIAMS