Las ideas mueven el mundo, sobre todo en tiempos de crisis, pero no siempre es fácil encontrar una buena idea. A veces surgen como por arte de magia cuando vamos caminando por la calle, cantando una canción en la ducha o mientras nos atamos los cordones de las zapatillas. Así de simple puede llegarnos una idea a la mente; pero en la mayoría de las ocasiones, cuando más lo necesitamos y más buscamos, suele pasar que no encontramos nada.
Lo bueno es que, como casi todo en la vida, no eres al primero que le pasa. Hasta a los más grandes pensadores y creativos publicitarios del mundo les ha sucedido. Esto nos deja una especie de guía para evitar quedarnos en blanco y sortear esos odiosos lapsus que tantos quebraderos de cabeza han provocado.
Para empezar a crear ideas debemos ver primero cómo pensamos. El pensamiento creativo está compuesto por dos fases. La primera es el pensamiento divergente, el que nos ayuda a conseguir ideas originales mediante un enfoque diferente del problema, es decir, evitamos pensar como lo hacemos habitualmente para conseguir ideas alternativas. Y en segundo lugar, el pensamiento convergente, mediante el cual adaptaremos las ideas obtenidas mediante el pensamiento divergente, al problema creativo que nos planteamos en un principio.
Además, existen diferentes consejos para favorecer la creación de ideas. Debes utilizar las ideas locas como trampolín, porque aunque en un principio puedan parecer extrañas o poco adecuadas, puede que más adelante te sirvan como base para construir una idea mejor. Cuantas más ideas tengas, más fácil será que alguna sea buena. Existen diferentes técnicas como el “dibujo exprés” o “20 ideas en 20 minutos” donde lo importante es sacar muchas ideas en poco tiempo, sin juzgarlas, eso lo harás más tarde.
No debes dejar de hacerte preguntas nunca, puede que alguna respuesta te sorprenda. Pero no todo se basa en crear algo completamente nuevo, también puedes probar nuevas combinaciones, grandes inventos surgieron al juntar dos ideas que ya existían. Un ejemplo de esto somos los españoles, especialistas en ponerle un palo a algo ya existente para mejorarlo (es el caso de Chupa Chups o la fregona).
Para romper con la rutina, debes cambiar de hábitos y costumbres de vez en cuando, porque si siempre haces lo mismo, siempre pensarás lo mismo. Hay que observar todo de arriba abajo para no perder detalle. Cuanto más curioso seas, menos cosas se te escaparán, más cosas conocerás y a la vez, éstas podrán servirte de inspiración. Además, hay que experimentar por uno mismo para aprender nuevas cosas que nos hagan pensar en ideas nuevas.
Para hacer algo realmente bueno hay que arriesgar y no echar el freno por miedo al fracaso. De los fracasos se aprende y gracias a ello conseguimos mejorar.
Pero en realidad, lo que realmente hay que hacer es “darle mucho al coco”, no parar ni un segundo y sobre todo, no conformarse con lo primero que te venga a la cabeza. Eso sí, lo que está claro es que después de estos consejos, el que no tenga alguna idea, será porque no quiere.
Fuente: Nik Mahon “Ideación, Cómo generar grandes ideas publicitarias”