Nada más ser invitados a una cata en algún evento, comenzamos a hacernos preguntas como: ¿qué tipo de vinos servirán?, ¿maridarán con algo de comer?, ¿se tratará de alguna experiencia sensorial?, ¿qué sumiller es el encargado de llevarla? Cuando oímos hablar sobre cualquier cata, nos hacemos a la idea del vino como elemento protagonista, es lo común, lo estandarizado, sin más.
Sin embargo, catas han existido, existen y existirán sobre cualquier producto que sea predispuesto a ser consumido. Cierto es que el vino mueve tras de sí un inmenso mundo profesionalizado, pero se puede llegar a vivir experiencias únicas e innovadoras, asistiendo a degustaciones o catas de: comida (panes, hortalizas, legumbres…), dulces (chocolate, turrones, helados…), productos exclusivos (caviar, jamón ibérico, whisky…), o elementos líquidos como agua, cerveza o aceite de oliva.
Y fue precisamente el aceite de oliva virgen extra el protagonista de nuestra primera experiencia con esta cata tan particular. Gracias a la productora De Olmo Vega, pudimos conocer en profundidad uno de los sellos de identidad de nuestra gastronomía; en ocasiones tan desconocido.
¿Cómo puede ser que el gusto a aceituna perdure tanto tiempo? ¿Olor a tomate en un aceite? ¿Cómo es posible que haya esta intensidad y cantidad de sabores en un simple aceite? Son solo algunas de las reflexiones que se pudieron oír a lo largo de nuestro primer encuentro con esta materia prima.
David Olmo fue nuestro especial sumiller encargado de aclararnos dudas sobre este producto, de jugar con nuestros sentidos a través de distintos tipos de aceites, de explicarnos los pasos a seguir para apreciar sus características plenamente; en definitiva, fue capaz de acercarnos con mucho mimo y cariño a este magnífico universo de la oleocultura, un mundo y un producto que ya no veremos de la misma manera sin lugar a duda.
[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=DTjfTmbjCDs[/youtube]
Esta #ExperienciaSímbolo que al principio empezó con desconfianza y curiosidad, nos resultó cuanto menos enriquecedora y divertida. Y vosotros, ¿alguna vez habíais pensado en «beber» aceite? ¿Os animáis a probarlo? Nosotros os lo recomendamos y si finalmente os atrevéis, ¡ya nos contaréis qué tal ha ido!