Hoy en día pocos son los que pueden escapar del flash de cámaras cuyas fotos no van precisamente a ninguna revista de moda sino a la popular red social para compartirlas, Instagram. Entre su media de 60 millones de fotos subidas al día podemos encontrar imágenes de cualquier momento del día por ínfimos que sean, términos comúnmente aceptados como por ejemplo el ya conocido selfie y cientos de anónimos han podido obtener beneficios económicos gracias a patrocinadores.
Aun así, parece ser que en Instagram el único límite es el espacio predeterminado para la foto. Existe una gran variedad de tipologías de usuarios que van desde niños como @ryker_wixom que imita los looks de los famosos o hasta abuelas como la ya fallecida @grandmabetty33 que son algunos de los ejemplos de que el target ha ido evolucionando.
Pero este fenómeno va mucho más allá.Ya no solo encontramos perfiles de personas. Perros como @nevillejacobs,gatos que viven por todo lo alto como @choupettesdiary, los populares hurones como @rikkithecutey todo aquel animal que se les pueda ocurrir tiene ya un perfil y personalidad «propia» con más likes que muchos de sus dueños. Seguramente que Kevin Systrom y Mike Krieger (sus fundadores) no lo tenían en sus planes pero como la sociedad las redes creadas para esta van evolucionando y adaptándose y este caso no es más que un ejemplo de ello.