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Twitter es una red social con un potencial excepcional, desde su nacimiento en el año 2006, la red social de los 140 caracteres ha crecido de forma exponencial en número de usuarios e inversión publicitaria. Hoy en día, la red de microblogging está compuesta por más de 500 millones de personas que generan más de 65 millones de tuits diariamente.
Con estas cifras no es de extrañar que muchos jóvenes, políticos o profesionales, entre otros grupos de interés, utilicen Twitter tanto como medio de comunicación e información, como plataforma para darse a conocer y crear su propia marca personal.
Sin embargo, hay diversos peligros en los que podemos caer si no hacemos un uso responsable y adecuado de esta y otras muchas redes sociales que tenemos a nuestro alcance.
Mensajes de odio, intolerancia, prejuicios, tabúes e incluso llamados a la violencia contra personas o grupos de individuos a causa de su raza, religión, nacionalidad o ideología se amplifican en las redes sociales aprovechando el factor multiplicador y su característica de viralidad.
Así pues, Twitter se ha transformado en una herramienta de doble filo, que por la naturaleza de su conversación se convierte en la red social que más se presta a la divulgación de manifestaciones discriminatorias y discursos racistas “hacia el otro”.
Por consiguiente, debemos cuidar los mensajes que lanzamos al mundo y tener especial sensibilidad con toda aquella información que de algún modo exteriorizamos en las redes sociales. No olvidemos que vivimos dentro de un sistema globalizado donde todo aquello que publicamos deja rastro en internet; nuestros mensajes nos pueden jugar una mala pasada.
Por sentido común no es lógico utilizar estas redes sociales para desprestigiar ciertos sectores de la sociedad, sin olvidar que en última instancia las consecuencias de lo que publicamos puede tener repercusiones judiciales.
El último ejemplo publicado en prensa se ha registrado en la ciudad de Valencia, donde una joven de 24 años va a ser juzgada el próximo miércoles por la Audiencia Nacional por un presunto delito de enaltecimiento del terrorismo y humillación a las víctimas.
Juan Manuel Sánchez Cañestro.
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Common sense – the best advisor for your tweets
Twitter is a social network with extraordinary potential. Since its creation in 2006, the social network famous for its limit of 140 characters has increased exponentially the number of its users and its marketing investment.
Nowadays, the network of microbloggers consists of more than 500 million people who publish more than 65 million tweets a day.
With these numbers it is not surprising that many teenagers, politicians or marketing professionals, among other groups of interest, use Twitter as a means of communication and as well as a promotional platform to create their personal branding.
However, there are various risks connected to the irresponsible use of this and many other social networks.
Messages full of hatred and prejudice that sometimes even call for violence against individuals or ethnic groups spread easily in social networks thanks to their multiplication factors and viral characteristics.
So, Twitter has become a two-edged sword. Because of its communication culture, Twitter has converted into the social network that provides most discriminations and racist discourses about “the other ones”.
Therefore, we should be especially careful not only when sending out messages to the world, but also about the information we are sharing in social networks. We may not forget that we are living within a globalized system where everything we post, leaves traces in the internet. Our messages might come back for us.
In the end, it can even have legal consequences for those who degrade certain parts of the society in their social networks.
The latest example to appear in the news has been registered in the city of Valencia, Spain, where a 24-year-old woman will be convicted by the Spanish National Court for an alleged offence, as she has been accused of glorifying terrorism and humiliating its victims.
Juan Manuel Sánchez Cañestro and Andre Paul.