Si hay un periodo durante el año sinónimo de vacaciones es el verano, y dentro de él, especialmente el mes de agosto. Es la época en que médicos, psicólogos y especialistas recomiendan olvidarse del trabajo y el estrés diario así como desconectarse de la tecnología. Pero, ¿hasta qué punto estamos dispuestos a apartar de nuestro lado el teléfono móvil y el portátil?
Si tenemos fuerza de voluntad, autorregular el tiempo que dedicaremos al día a consultar el correo electrónico puede ser una opción. Igualmente puede ser útil desplazar aquellas aplicaciones del Smartphone que nos puedan recordar al trabajo y sustituirlas por otras. Aunque nada más drástico como no llevar el móvil con nosotros cuando salgamos de casa o apagarlo al menos durante las comidas.
¿Y si nada de esto funciona? En estos casos lo ideal es que el propio paquete turístico o lugar de vacaciones imponga una total o parcial desconexión digital. En este sentido, en los últimos años ha proliferado el llamado Turismo Detox, especializado en viajeros que desean desengancharse de la tecnología.
Desde paraísos caribeños sin wifi hasta hoteles con ofertas que fomentan la desconexión, el Turismo Detox se ha revelado como una alternativa para aquellos turistas que desean un respiro. En el primer caso, islas caribeñas como San Vicente y las Granadinas compensan la desconexión total que ofrecen con la exuberancia de las aguas cristalinas de sus playas y el lujo de sus prestigiosos hoteles. En el caso de los hoteles, algunos de ellos optan por sustituir los móviles y ordenadores por juegos de mesa o libros. Dentro de esta tendencia, el Quincy de Washington ofrece paquetes especiales unplugged con descuentos especiales en librerías, además de plantear itinerarios a pie por la ciudad usando planos de papel, no sin antes requisar a los clientes cualquier aparato electrónico durante su estancia.
Una opción intermedia es la proporcionada por el hotel de lujo Villa Stéphenie (en Baden-Baden) a sus huéspedes, a los que ayuda a alcanzar cierto relax instalando en las habitaciones, junto a la mesilla de noche, un interruptor que permite desconectar cualquier red wifi.
Tampoco podemos olvidarnos de aquellas casas rurales que su propia localización implica la desconexión. Afortunadamente, en España quedan muchos pequeños rincones sin wifi donde la cobertura no llega, como el complejo rural Mil Madreñas Rojas, en un pueblecito perdido en las montañas de León llamado Salientes donde tampoco existe la televisión.
Luis Iranzo.