Cuando se acercan las elecciones de un candidato a la presidencia de un país, es bien sabido por todos que a partir de ese momento comienza “un bombardeo” de propaganda política en torno a los líderes más fuertes. Si además citamos programas políticos como el de EEUU, estaríamos hablando de una estrategia imperial más que de un programa electoral.
Tanto es así, que se puede decir que en la anterior campaña de Barak Obama para las elecciones presidenciales de 2008, no solo logró conseguir que un candidato totalmente desconocido hasta la fecha se convirtiera en presidente de los EEUU, sino lo que un gran equipo de comunicación consiguió hacer. Éste fue un magnífico ejemplo de cómo lograr que un aspirante a la presidencia, se convirtiera en marca; la marca Obama.
La estrategia publicitaria de la campaña de Barak Obama para su primera candidatura a la presidencia, se basó en la idea de “Change”, y ésta fue la clave para conseguir la movilización de la sociedad americana a su favor. Además de existir un mensaje muy claro de comunicación, éste, supo adaptarse muy bien a los nuevos tiempos y a las nuevas formas de comunicación; como por ejemplo, en su magnifica estrategia de marketing en Internet.
Tras ganar la presidencia y permanecer en ella con fuerza, a pesar de los tiempos que corren, en 2012 había que ganar de nuevo. Su estrategia comunicacional no se ha alejado mucho de la anterior, ya que si algo va bien, por qué cambiarlo. Ahora bien, se han añadido algunas acciones que han favorecido de forma importante a su campaña.
Nuevamente ha vuelto a tener la habilidad de saber aprovechar las oportunidades que ofrece la red, sabiendo involucrar a todo el mundo en ella. Esta gran campaña digital posee varios factores que han vuelto a lograr los resultados esperados. Por un lado, una página Web impecable en términos de imagen visual, ya que se corresponde perfectamente con la esencia del mensaje central. Al igual que en la campaña anterior, se ha participado en una gran red de contenidos globales como blogs, uso extensivo de redes sociales y finalmente el uso de la medición del CPC (coste por clic) para obtener resultados medibles.
Con todo esto se puede decir, que la masividad y trascendencia de esta estrategia de marketing político, ha vuelto a tener su sustento en Internet, ya que este medio una vez más demuestra, que bien gestionado, es el más eficaz para llegar masivamente a las personas.
A todo este imperio comunicacional, hay que añadirle una gran campaña en medios convencionales, pero sobre todo, hay que añadir el peso fundamental de la otra protagonista, Michelle Obama, ya que en EEUU las primeras damas han cobrado mucho peso en las campañas presidenciales, no solo en su importante papel como imagen en la presidencia del país, sino en el núcleo del trabajo de sus esposos, y en la toma de responsabilidades a la par. Michelle Obama, en sus primeras apariciones, a penas se le situaba en la escena política, pero más tarde acepta y toma su papel en la campaña para la presidencia de 2008, llegando a obtener, en ocasiones, más popularidad que su marido.
Barak Obama, tras ganar las elecciones nuevamente en este 2012, dijo: “No sería el hombre que soy hoy sin la mujer que aceptó casarse conmigo hace 20 años. Lo voy a decir en público: Michelle, nunca te he querido tanto como en este momento. Me siento más orgulloso que nunca, viendo cómo se ha enamorado Estados Unidos de ti en tu papel de primera dama”.
Nuevamente el 10 no es solo para el líder, sino también para el equipo de comunicación que está a la sombra. Una magistral comunicación puede hacer a un presidente llegar a lo más alto.