Para poder diferenciarnos del resto de competidores el escudo más potente es sin duda, la potencialidad de las ideas. Es bien sabido, que uno de los más importantes principios de la publicidad es que el mensaje debe sorprender al consumidor, pero el cómo se transmita dicho mensaje en situaciones difíciles, es más importante aún para que los anuncios impacten ágilmente en el cliente y penetren en su mente.
Los medios convencionales están saturados de anuncios, y los no convencionales están en proceso de saturación, por esta razón, es el momento de romper con todo y dar paso a las metodologías más transgresoras.
Los resultados que se obtienen con las tácticas de guerrilla, resultan tan efectivos como divertidos. Además, ocurren casos en los que mediante alguna acción de este tipo se toca algún punto que suscita la crítica, y donde el alegre infractor se convierte automáticamente en noticia, y con ello el boca a boca está asegurado.
Aquí os dejamos algunos ejemplos de estas atrevidas técnicas.
Qué se le pasa por la cabeza a Desigual, una famosa firma de ropa, que en un momento determinado, decide vestir de forma gratuita a las 100 primeras personas que se presenten en la tienda ligeras de atavío. Pues el resultado es una divertida cola de personas casi desnudas y un efecto viral alucinante.
El medio de ganarse la vida de una compañía aérea es vender billetes, pero si de la noche a la mañana decide regalarlos a todas las personas que se manifiesten en contra de otra compañía de la misma índole, el resultado es espectacular.
Sin embargo, hay sectores “sagrados” que con solo pulsarlos el escándalo viene sin llamarlo. Solo hay que remitir a cuando se toca algo relacionado con la iglesia, por ejemplo. Por suerte para los que les interesa que “se arme” éstos actos no son casos ficticios, han ocurrido en nuestro país en lo los últimos años mediante el uso de personajes públicos como la mismísima reina Doña Sofía abrazada a un joven de tronco desnudo, a través de un fotomontaje de una empresa de contactos.
Si existe un personaje o hecho que esté dando de que hablar, ahí es donde se busca la acción. Como la campaña que se realizó contra la pobreza mediante un supuesto robo del escaño de Zapatero en el Congreso.
No es necesario encontrarnos en mitad de una crisis económica para ir como locos a por lo gratuito, pero si Samsung decide desarrollar a través de las redes sociales una campaña en la que se regalan 50 euros en combustible a todo aquél que muestre su Samsung Galaxy en la gasolinera del Campo de las Naciones (Madrid), el desconcierto está garantizado. El mensaje se extendió, formando tal caos en dicho lugar, donde las autoridades se vieron obligadas a parar aquel desorden público.
Cuando una marca decide hacer una publicidad diferente, existen probabilidades de que la campaña fracase, pero aunque eso pueda suceder, las marcas deben asumir riesgos, ya que la capacidad para crear e innovar es la que determina el éxito.