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Reza un dicho popular que “hablar por hablar es tontería” y como es habitual la sabiduría popular encierra una gran dosis de acierto, cuya consideración es primordial para que la comunicación obtenga los resultados deseados, sobre todo si hablamos de estrategias de comunicación empresariales.
La comunicación, actividad fundamental para l@s human@s que ha posibilitado el desarrollo colectivo, es la base principal en las agencias, donde estudiamos a diario sus posibilidades, evolución y soportes, con el fin de definir estrategias comunicativas eficientes. En el desarrollo de este trabajo se analizan las características de cada sistema de comunicación, sus códigos, sus interferencias y comprobamos cómo a lo largo de la historia los modos de comunicación han variado sustancialmente, como puede apreciarse en el post sobre La Evolución de la comunicación a través de los siglos que nos ofrece Marketing Directo.
A pesar de las revoluciones vividas en este ámbito, sigue vivo el esquema básico que apunta como elementos necesarios para que se establezca la comunicación un emisor, receptor, código, un mensaje y un canal, todo ello inmerso en un contexto, aunque el estudio sobre esta gran faceta humana ha llevado a puntualizar algunos de sus aspectos. Entre estos últimos destaca sobre los demás la intencionalidad o lo que viene a denominarse en un plan de comunicación objetivos. Saber “para qué” resulta fundamental en cualquier comunicación, ya sea interpersonal, profesional o de cualquier otra índole.
Sobre este punto reflexionó David Kenneth Berlo, discípulo de Wilbur Schcramm en la Escuela de Periodismo de la Universidad de Illinois, donde se doctoró en 1956, con la tesis Allocation of Procedural Responsibilities as a Determinant of Group Productivity and Satisfaction, quien entendía la comunicación como “un proceso reglado (no como un simple acto) que permite al ser humano negociar su posición en el entorno en el que vive. De este modo, la comunicación es un valor de interlocución, de poder, de influencia, de control… La eficacia o ‘fidelidad’ de la comunicación, no obstante, está sujeta a estrategias y no produce resultados ciertos, sino que puede estar avocada al fracaso, generalmente por incompatibilidad entre el propósito de quien emite y la disposición de quien recibe”.
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There is a popular saying that says «talking for talking’s sake is nonsense» and as usual the popular wisdom holds a great deal of success, whose consideration is essential for communication to get the desired results, especially if we talk about corporate communication strategies.
Communication is essential for human activity and for collective development. It is the main base in agencies, where we daily study its possibilities, evolution and supports, in order to define efficient communication strategies. In developing this work, characteristics of each communication system, codes and their interference are analyzed. We can check how throughout history modes of communication have changed substantially, as it’s seen in the post about The Evolution of Communication through the centuries that Direct Marketing offers.
Despite our lived revolutions in this field, the basic scheme is still alive pointing as necessary elements to establish a communication transmitter, receiver, code, message and channel, all surrounded by a context, although the study about this great human face has led to point out some of its aspects. Among these latter it stands out: intentionality, what is called objectives in a communication plan. Knowing «why» is essential in any communication, whether if it is interpersonal, professional or any other reasons.
David Kenneth Berlo thought about this point, disciple of Wilbur Schcramm in the School of Journalism at the University of Illinois, where he received his doctorate in 1956 with the thesis «Allocation of Procedural Responsibilities as a Determinant of Group Productivity and Satisfaction», who understood communication as «a ruled process (not as a simple act) that allows humans to negotiate their position in the environment in which they live. Thus, communication is a value of dialogue, power, influence, control … The efficiency or ‘loyalty’ of communication, however, is subject to certain strategies and does not produce results, but may be doomed to failure, usually due to incompatibility between the purpose of who issues and disposition of who receives «.