Las personas que nacieron después de los 90, no concebirían la comunicación y el acceso a la información en formato offline. Actualmente, para ellos y para el resto del mundo todo gira en torno a Internet.
Hoy en día, los jóvenes estudiantes no tienen excusa con respecto a la recopilación de documentación necesaria para las tareas educativas, puesto que la red ofrece el total acceso a la información de cualquier temática, algo que resulta muy ventajoso para el conocimiento y el aprendizaje general de las personas.
La última etapa de la niñez y la adolescencia, está fuertemente marcada por la importancia de la socialización. Internet mediante redes sociales como, Facebook, Messenger, o Tuenti, entre otras, posibilitan la maximización de la vida social. Más amigos, más contactos, más entretenimiento, más interacción y más exhibición social.
Al igual que con los demás aspectos de la vida, cuando la conducta está controlada, no tiene porqué haber peligro alguno, ahora bien, ¿a qué edad se posee ese control? ¿Estamos educados mediáticamente?
El mundo virtual y su contenido puede llegar a ser tan fantástico como peligroso, y el acceso a contenidos nocivos se hace cada día más factible para todos, incluyendo por supuesto a los menores. Existen ciertos asuntos que hasta hace 20 años eran prácticamente inaccesibles a los niños, como por ejemplo, métodos suicidas, anorexia, drogas, racismo, etc.; hoy por hoy pueden acceder a ellos desde su propia habitación, y además, con la tecnología Smartphone, desde cualquier parte.
Según el estudio «Menores y redes sociales«, elaborado por profesores de la Universidad de Navarra a partir de una muestra representativa de casi 13.000 chicos y chicas de entre 6 y 18 años; los chicos, en mayor medida con respecto a las chicas, muestran conductas más arriesgadas, en ocasiones en exceso, a la vez que se divierten haciendo nuevos amigos desconocidos y relacionándose con ellos, y lo más peligroso, vierten demasiada información sobre sí mismos a través de sus perfiles.
Además del riesgo que demuestra todo lo dicho anteriormente por causa de la ignorancia de un menor, también nos encontramos con un caso cada vez más habitual en diferentes redes sociales, la exhibición de imágenes de niños por parte de sus propios padres. Cuando se trata de sus hijos, los padres carecen de objetividad, para ellos sus niños son sin discusión, los más guapos, graciosos y listos del mundo, y les encanta mostrarles en sus fotografías; por no hablar de las distintas imágenes que encontramos de adolescentes ligeras de ropa para ser las más populares de la red. Por desgracia, cada vez más nos encontramos con casos de pederastia, porque no hay que olvidar algo muy simple, ellos también gozan del acceso a Internet, y por tanto, a imágenes de menores en distintas situaciones.
Facebook, en estos momentos dispone de 900 millones de usuarios, de los que se estima que 7,5 millones son niños menores de 13 años, que han mentido para poder acceder. Sabemos que Internet en general, y más concretamente las redes sociales, son un arma de doble filo, ya que poseen características muy positivas que nos ayudan a conocer mejor no solo a las personas, sino también a las marcas que nos interesan, servicios, entidades, organizaciones, etc. Sin embargo, pueden llegar a producirse casos y situaciones mucho más nocivas y peligrosas que todas las ventajas ofrecidas. Y es que cuando se trata de los más pequeños e indefensos, deben saltar las alarmas e intentar tomar el control por ellos. Nos interesa la buena gestión de las redes sociales, por ello defendemos el control y el buen uso de ellas.
Fuentes:
https://campus.usal.es/~comunicacion3punto0/comunicaciones/055.pdf
https://educaciondigital.co/node/36