“¡Extra, extra! La publicidad tradicional muere”. Eso es lo que anunciaría hoy “el niño del periódico” si todavía existiera. Aunque la publicidad desde sus inicios tuvo una muy buena aceptación por parte del público, ésta ya no es una novedad; Como todo lo viejo, comienza a cansarnos y crear en nosotros una sensación de pesadez.
Nuestras televisiones, radios, vallas, cines, etc., están plagadas de este “virus” que ha invadido todos los medios, que de manera creativa ha podido invadir. La gente, ya no solo evita la publicidad, sino que incluso la aborrece, a excepción de un anuncio entre mil, que provoque emociones y se ensalce sobre los demás por una particularidad creativa.
Hasta en Internet, los métodos tradicionales de publicidad como los banners, son ahora una “GRAN” molestia. Por ello, y por muchos motivos más, las marcas ahora se incrustan en las redes sociales haciendo regalos y contentando sin sobresaturar a sus públicos objetivos.
Por ahora, esta práctica parece que si nos gusta o por lo menos no nos desagrada, ya que observamos un cambio muy importante, y es que las marcas nos “tutean”.
Un ejemplo muy divertido de una campaña en redes sociales, puede ser el de la campaña de Kleenex del 2011, se trataba de enviar packs de pañuelos de la marca en varios formatos a todas las personas que hubieran escrito algo sobre su congestión nasal o enfermedad en la red social Facebook: Os mostramos un vídeo.
La inmediatez de las redes sociales puede perjudicar o ensalzar mucho la imagen de marca de cualquier empresa o persona, ya que una acción mal o bien planificada, puede generar la caída o el ascenso de cualquiera.
Acabamos con seis casos españoles de errores en social media.