¿Os imagináis vivir sin publicidad? Muchos, al imaginarse la ausencia de impactos publicitarios, verían el cielo abierto, puesto que los anuncios además de ser creativos, ingeniosos, originales y divertidos, también son intrusivos, molestos y demasiados. Sin embargo, la metamorfosis sería mucho más dura de los que algunos se atreverían a soñar.
La publicidad está estrechamente ligada a la sociedad y a la economía desde hace siglos, por ello, su desaparición según 1AD Trend Magazine daría lugar a las siguientes consecuencias:
En cuanto a la producción, la competencia entre anunciantes disminuiría tanto que se reducirían los productos y habría mucha demanda, por lo que el precio de éstos se dispararía. Por otro lado, la posibilidad de elección entre productos y marcas desaparecería. La publicidad da un punto diferente a nuestra marcas, nos diferencia del resto, no obstante, no por hacer el anuncio perfecto vas a vender más, eso sí, con una buena campaña puedes guiar al consumidor hacia tu producto.
¿Qué pasaría con la información? No tendríamos la posibilidad de conocer los productos que más se adaptan a nuestras necesidades, no sabríamos diferenciar entre un producto u otro, ya que no tendríamos la información. Además, tampoco existirían los anuncios sobre problemas sociales, como enfermedades, seguridad, etc. Por lo que disminuiría muchísimo nuestro conocimiento sobre muchos temas de vital importancia.
¿Y el aspecto urbano? Cambiaría radicalmente de forma visual, las características físicas de las ciudades darían un giro de 360º. Imaginaos una ciudad sin pósters, vallas publicitarias, mupis, carteles digitales, o autobuses con un solo color. Muy aburrido, ¿verdad?. La publicidad «decora» nuestras ciudades.
Y por último, la ausencia de publicidad en el aspecto económico, trastocaría la estimulación del consumo y por tanto, influiría de forma trascendental en el capital de un país. La actividad económica se paralizaría en un gran porcentaje, y no solo por lo anteriormente comentado, sino también porque la actividad conlleva muchos puestos de trabajo que ya no existirían.
En definitiva, nosotros esperamos que la publicidad no desaparezca nunca de nuestras vidas, no solo porque nos encanta vivir con ella, sino porque creemos que es fundamental.
Fuente: www.marketingdirecto.com