El prescriptor, es la persona que conociendo un producto puede influir por diferentes motivos en la adquisición o no del mismo. Anteriormente, la mayoría de las empresas optaban por utilizar en sus campañas rostros conocidos (líderes de opinión), ya que tendemos a relacionar las virtudes del personaje con las virtudes del producto publicitado; en ocasiones, la elección de ese prescriptor no es la adecuada, ya que intentamos llegar con una persona que sea muy conocida, pero puede que no reúna las características de la marca. Pensamos que el simple hecho de que sea un personaje querido, va a transmitir los valores del producto.
Sin embargo, la tendencia del buen prescriptor esta cambiando. Ahora se necesita una persona con un alto grado de satisfacción, fiel, cercana, que sepa de lo que esta hablando y no quede «postizo», personas que dan la realidad del producto. Todo esto ha sido gracias a la evolución del consumidor, ya que con la influencia de Internet, ahora estamos más informados y tenemos una amplia variedad de opiniones; ya no nos quedamos con una, nuestra curiosidad nos hace contrastar para quedarnos con la mejor opción. No vale que una cara bonita nos diga lo que tenemos que comprar, porque normalmente, ese cariño de la cara bonita hacia la marca, «se compra».
No obstante, existen excepciones, hay líderes de opinión que pueden llegar a mostrar lo que necesitamos en un anuncio, y además, darán efectividad a la campaña. Lo difícil de la cuestión, es que no se debe olvidar que los prescriptores (los famosos) también son marcas, y las decisiones que toman en su día a día afectan a su imagen, por lo que acciones del pasado, también pueden repercutir en las marcas a las que se les asocie de ahora en adelante.
En definitiva, buscar la persona que represente tu imagen de marca allá donde vaya, es una tarea complicada, hay que tener muy en cuenta los factores comentados anteriormente. Ya no es cuestión de elegir al famoso más aclamado, es cuestión de encontrar a una persona que valga para ello.