Hoy es una de esas fechas en que las marcas se frotan las manos, uno de esos días en que la sociedad se lanza a celebrar el consumismo. Hoy, con la mejor excusa de todas: el amor. San Valentín es un día esperado por muchos, odiado por otros tantos, pero sea como fuere, para las marcas es una oportunidad. Una gran oportunidad que a veces se sabe aprovechar tirando de creatividad, pero que en muchas ocasiones nos deja piezas para olvidar o cuestiones curiosas, como la que tratamos hoy.
Ayer nos encontrábamos en este artículo en Marketing Directo con los «peores anuncios de San Valentín» y entre ellos hay algo que nos llama la atención: esa «maravillosa» idea que asalta la mente del publicitario y que soluciona todos sus quebraderos de cabeza, poniendo fin al proceso creativo… Mal. Porque muchas veces, después de este momento de iluminación nos encontramos con la cara B: no sólo se te ha ocurrido a ti.
(de izquierda a derecha: Axe, Indirapuram Habitat Club Hotel y Swatch)
En estos casos, además, la idea parece llegar desde los instintos más bajos… Dentro del horror, Swatch al menos lo arregla con un copy decente y una disposición que llama a la interacción del usuario.
Alguien debería haber dado un toque a estos creativos en algún momento con aquello de «dale una vueltecita más».