A las puertas del año 2013, la tecnología está tan avanzada que da miedo incluso imaginar qué tipo de aparatos electrónicos son los que encontraremos en el futuro. No hace falta que pensemos en una situación dentro de cien años, ya que viendo a la velocidad a la que está evolucionando la tecnología, en un máximo de diez años, casi todos los aparatos que ahora mismo son primicia, estarán totalmente obsoletos.
Lo mismo ocurre con otros sectores, como por ejemplo, el del marketing y la publicidad. Solo hay que comparar qué técnicas y estrategias se usaban hace veinte años, y las que se llevan a cabo en la actualidad. Hace dos décadas la creatividad era simple, sin embargo permeabilizaba y llegaba al bolsillo de los anunciantes, ahora recibimos tantos impactos publicitarios que apenas nos sorprende. Por ello este oficio ha tenido que evolucionar de forma inteligente, no solo en cuanto al contenido de sus mensajes, sino también en la ampliación de canales de emisión, como Internet, que despliega todo tipo de formas.
Si analizamos la trayectoria de estas dos últimas décadas, el resultado que se nos presenta es que con motivo de la saturación publicitaria (la cual será aún mayor), se podría dar lugar a un marketing excesivo con interrupciones agresivas y creatividad innecesaria. Por otro lado y en este caso, con una vertiente más positiva, los datos serán la base de todo, la información y la identificación harán sugerir productos mucho más personalizados, sin embargo a su vez, la privacidad quedará desplazada.
La nula privacidad, para muchos, es un aspecto muy negativo. Ahora bien, hace veinte años, si nos hubieran dicho que tendríamos un perfil en varias redes sociales, expuestas a millones de personas, de las cuales una parte sabrían todos sus pasos, no nos lo hubiéramos creído y nos habríamos opuesto rotundamente, pero la realidad actual, es que todos o casi todos entramos en este círculo abierto de interacción y exposición, con el único motivo de no quedarnos atrás.
Los distintos países y sus culturas están cada vez más globalizados, las ciudades son más interraciales y cosmopolitas, por tanto la tecnología, adaptándose a las necesidades sociales, se presenta en forma de “gadgets”, los cuales están en todos los bolsillos. Las formas de hablar a los clientes cambian y seguirán haciéndolo para adaptarse tanto al público, como a las posibilidades de los nuevos medios.
El futuro de la publicidad consistirá en formatos que hagan posible la personalización gracias a la mejor segmentación, más completa y con mayor contenido. Habrá más acción, permitiendo todo tipo de interacción entre el usuario y el producto. Por su parte, el fenómeno de las redes sociales tendrá un papel muy fuerte en todo este cambio de comunicación, las marcas deberán encontrar la forma de convertirlas en artefactos de venta, o simplemente desaparecer.
Entonces, ¿cómo será la publicidad del futuro? Internet, es y será el gran progreso y a su vez el gran reto publicitario; las campañas de imagen o de marca se empezarán a sustituir por métodos basados en la comunicación directa con el individuo; las marcas arriesgarán para hablarle directamente a las personas donde quiera que estén, ya que la evolución de la tecnología sumada a la evolución social, da como resultado la evolución del marketing y la publicidad.